21 de octubre de 2007

Capitulo 2. Pequeños indicios de alcohol en sangre

Esa misma tarde observó, no sin cierto estupor, como se regocigaba en la desgracia ajena aquellas veces en que no encontraba motivos para su íntima satisfacción. Y en esto la calle, secundó sus ponzoñosos sentimientos, creándole a la vez una sensación de alivio y de autorechazo con los que combatió enérgicamente, dispuesto a no creer nunca en ninguna de sus dos mitades, como un Mr. Hyde etéreo y sin rumbo.
Creyéndose capaz de calmar sus culpas agarró una botella y bebió hasta perder la sensación de que estuviera vivo, y una vez muerto, creyó verse rodeado de grandes amigos que le alentaban a que siguiera muerto con ellos, por lo menos, hasta el día siguiente.

2 comentarios:

Javi dijo...

Muy bueno,pasate por mi blog que tengo algunos relatos que te pueden interesar.Un saludo

www.javi-eltoreo.blogspot.com

tone dijo...

Allá voy...